Menos familia, más delito

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“El problema no está ubicado en la conducta interior de la familia sino en las conductas criminales; estoy pensando en las fuerzas del barrio, los amigos, la desorientación moral externa, en la cultura”. (Braulio Montalvo, estudioso de barrios críticos).
POR JUAN ALBERTO YARÍA 09.04.2023
Varios fenómenos nos llaman la atención en este momento con enormes falencias en los sistemas familiares, escolares y laborales: el incremento de los consumos de drogas y alcohol en edades a partir de los 11 o 12 años de edad. El retardo en la consulta preventiva como detección hace que el niño vaya perdiendo el aprendizaje escolar y entra en grupos marginales, además del deterioro neuro-cognitivo por inmadurez de la personalidad y del sistema nervioso. Las drogas a estas edades preparan a personas con severas discapacidades.
La escolaridad se encuentra resentida, ya que en la provincia de Buenos Aires solo el 16 por ciento termina el secundario y el 46 por ciento no terminan en la primaria.

En el resto del país hay cifras similares solo con cambios en Córdoba, Santa Fe, Mendoza y en ciertos lugares de C.A.B.A, entonces la calle los espera si no tienen una adecuada contención. Ahí las “tribus” urbanas se apoderan de sus vidas (barras bravas, correos de dealers, etc.). Esto con marihuana, cocaína y “crac” es una mezcla letal de antisocialidad y ceguera moral. En condiciones cognitivas e intelectuales deficitarias es muy difícil conseguir trabajo e incluso son rechazados cuando se les realiza test de drogas, ya que cuando consumen los resultados son positivos siendo rechazados en el preocupacional. En lo familiar observamos una creciente desfamiliarización que comprende la caída del ordenamiento simbólico familiar generándose una crisis de amparo, la falla de las funciones paternas liberadoras, la búsqueda de “padrinos” del delito como suplencia de figuras paternas fallidas y su vida se transforma en una traumatización crónica en donde la adrenalina es una forma de vida que la “tribu urbana” impone con el uso de armas y de tareas riesgosas permanentes (asaltos, celulares que cambian en casas especializadas para hacerlos drogas), y así sucesivamente.

LA NOCION DE LEY SUBVERTIDA

La traumatización crónica va seguida de muertes de amigos o pares de la “tribu” y la desconfianza junto a la irritabilidad que generan las drogas y la impulsividad lleva a una ceguera moral en donde el disparo siempre está ahí en la punta del gatillo. La noción de ley esta subvertida porque esta se aprende en la casa y en la cultura y nos encontramos con grandes escoriaciones en este sentido. Toda ley puede ser pervertida, como se los enseñan los “padrinos de la tribu”, ya que todo se compra o se vende. El gran maestro perverso colombiano, Pablo Escobar, enseño: “plata o plomo”. Muchas ciudades son testigos de esto. La plaza o la calle es un refugio de miles o sino los “aguantaderos” (departamentos o casas tomadas o cedidas) en donde decenas de jóvenes se refugian en una transacción mortífera de drogas y delito.

Esto existe; lo vemos en la clínica y nos lo cuentan los pacientes cuando empiezan a recuperarse. Están a la “intemperie” y son un contingente de “nadies”, muchos de los cuales han perdido por los daños cerebrales y la falta de educación la moral de cuidado del otro y la frialdad asesina los delata todos los días. En otros casos, el suicidio en aumento delata la orfandad de sentido que tienen en sus vidas. Deteriorada la adolescencia en donde se forja la identidad (el “para qué voy a vivir y cómo” tiene en esta etapa un papel central adquiriendo destrezas desde el estudio hasta los oficios) quedan a merced de las neo-melancolías con aburrimiento y depresiones sedadas con marihuana que lo sumen en mayor melancolía; surgen los vacíos, no hablan y cuando no también consumen con familiares generándose violencias entre ellos por defrontalización que todos van teniendo (violencias, abusos, etc.).

FAMILIA Y ENLOQUECIMIENTO

Así, la familia se transforma en un lugar de enloquecimiento o el joven aparece triangulado o como prenda de transacciones de parejas enloquecidas. Dejó de ser un espacio de crecimiento y maduración la familia y el sonido de las “organizaciones clánicas y las tribus” suplanta lo nutricional de los vínculos familiares. La familia que es el espacio de autonomía por excelencia lo deja de ser y depende de grupos mortíferos y cerrados. En otros casos, se busca la codependencia, o sea un “par” que acompañe en esta tarea destructiva. Se genera una verdadera esclavitud con él. El poder de uno es fundamental y dirige su vida y en mujeres que incluso son ofertadas sexualmente. Hoy se vende drogas en combo con mujeres, y muchos delitos que se observan son por delirios entre viagra, cocaína y mucho alcohol. El ambiente adverso es otro factor de vulnerabilidad y podemos citar: adicción de los padres, déficit de aprendizaje y abandonos escolares, desprecio a las normas de convivencia, falta de transmisiones entre generaciones. Mientras tanto el 36 por ciento de los nacimientos son de madre soltera sin reconocimiento paterno en un 25 por ciento de los casos. Niños sin figura paterna o con abandonos precoces.

El 33 por ciento son familias monoparentales, muchas de ellas con una entrega materna y de la familia ampliada muy buena y fructificante pero en muchos casos reina el peor de los abandonos. Una familia genera capacidad de cambios durante el curso del ciclo vital de los que crecen, los conflictos ejercen un efecto positivo y estimulan cambios, hay fronteras generacionales, fluidas y de transmisión de valores. Los vínculos son nutricionales con climas emocionales positivos y proporciona una estructura de roles, funciones, normas y valores en el crecimiento de todos los miembros.

Ni siquiera podemos ahorrar en occidente ni en los sistemas autocráticos de izquierda, esto implica “No Future”, o sea no hay futuro (lema del rock punk de los ‘ ‘90). La vieja libreta de la caja de ahorro postal significaba una idea de futuro en los ‘50. Hoy nos perdemos en la inmediatez, lo vacío, lo vacuo. El filósofo israelí Yuval Noah Harari se pregunta qué pasara en el mundo en un futuro de pocos años con seres humanos que se sienten intrascendentes, sin valor alguno y que no pudieron definir el sentido de sus vidas.

Hemos vuelto según el epicureísmo con alejamiento en la creencia en los dioses, la ausencia del temor a la muerte y el placer por sobre todo. Gran tema que no creo que la Agenda 2030 resuelva, sino que creo la agravará, desde mi humilde experiencia.

PATERNIDAD Y MATERNIDAD

Nacemos incompletos y para crecer necesitamos de la familia, la cultura, la educación y la sociedad y el trabajo (“fragua ética de la humanidad” según Hegel). Sin eso no podemos llegar a ser.

La paternidad supera la paternidad biológica; la paternidad es un modo de adopción. El padre adopta a su hijo; no es solo un semental o padrillo. Le da un lugar legal en la sociedad y la filiación implica una transmisión, o sea una donación. La paternidad tiene tres características: autoridad y mando; transmisión de valores y de ubicación parental; donación, o sea ceder notas al hijo lo cual implica un sacrificio familiar y una recepción filial. Hay una oferta de padre que genera una demanda filial. A veces el hijo no adopta al padre y se generan muchos conflictos. El verdadero padre da lugar al hijo donde la adopción se hace entrega .

Juan Alberto Yaría